Como un coro de trompas y atabales,
que enardezcan el pecho al resonar,
el himno triunfador beliforano
nos pongamos fervientes a cantar.
Que los aires benditos de esta tierra
lleven lejos la cálida canción
e inunden los rincones de la Patria,
del anhelo y la fe de esta región.
¡Sus! Levantemos los corazones,
giren los ojos donde está Dios
y que en la bocas siempre florezcan
los luminares de la ilusión.
Tierra fértil que cantas y que rezas
y conviertes tus campos en Edén,
haz que nunca te falten las miradas
de tu Reina la Virgen de Belén.
Cielo alegre que amparas y cobijas
cantando a la esperanza
nuestro hogar,
enciende en nuestras santas barbecheras
la luz de la abundancia y de la paz.
En tu seno de alimentos inmortales,
donde duerme la espada y el laurel,
nutriose aquel cerebro portentoso
del latino Raimundo de Miguel.
¡Gloria a la tierra de Belorado!
Juntos labremos su porvenir
Con nuestros pechos beliforanos
por siempre te hemos de bendecir.
Salve,salve,salve!
Tierra bendita de mi ilusión
¡Salve, salve, salve!
Tuya es mi vida y mi corazón.
¡Viva Belorado! ¡Viva!